martes, 9 de julio de 2013

Dr. CARLOS ROMUALDO BRAVO: UNA VIDA DE LUCHA, SACRIFICIO Y VOCACIÓN DE SERVICIO


El 08 de octubre de 1910, nace en Tinogasta, provincia de Catamarca, Carlos Romualdo Bravo, hijo de Don Carlos de Jesús Bravo y Doña Lola Alfaro, cursó sus estudios primarios y secundarios en la Escuela Normal de Paraná, provincia de Entre Ríos, donde su padre era Director. Luego de egresar como bachiller y decidido a cumplir el sueño de su vida, se traslada a la Ciudad de Bs. As., para ingresar en la Facultad de Medicina.En 1939, se gradúa en la Universidad de Buenos Aires con el título de Doctor en Medicina.

Se orientó en su comienzo, hacia la tisioneumonología como médico de sala del Hospital Tránsito Cáceres de Allende en la Ciudad de Córdoba; siendo también, discípulo y colaborador del Prof. Dr. Gumersindo Sayago en los cursos de perfeccionamiento de esta disciplina. Fué Jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Tisiología de la Universidad Nacional de Córdoba, Secretario de la Sociedad de Tisiología de Córdoba y Jefe de Clínica del Instituto de Tisiología de Córdoba.

En 1945 influenciado por un fuerte compromiso con la salud de su provincia natal decide regresar a Catamarca en donde comprueba la existencia de una dura realidad originada por los escasos recursos humanos, tecnológicos y financieros con que cuenta el sistema de salud provincial.

Guiado por su profunda vocación sanitarista se aboca fervientemente a combatir los altos índices de enfermedades que se presentaban en aquella época, tales como la brucelosis, el bocio endémico, la tuberculosis, la poliomielitis y la alta tasa de mortalidad infantil que afectaban a la población de la provincia, primero desde  lo asistencial y posteriormente abordando estas temáticas desde las políticas estatales cuando asumió como Subsecretario de Asistencia Social y Salud Pública de la Provincia en el año 1955.  Como titular del mencionado organismo, el Dr. Bravo, entre otras actividades,  organizó y ejecutó la campaña antivariólica, el censo de lisiados y su rehabilitación, la campaña de vacunación antipoliomielítica, la lucha antituberculosa, la vacunación con BCG;  creó la Dirección de Lucha contra las Enfermedades Bucodentales en la Infancia y los centros para la protección de la mujer embarazada; también, se ocupó de los problemas de salud mental, de vivienda, de mortalidad infantil, de la diarrea estival, de fluoración del agua de consumo y de la lucha contra la meningitis. Diseñó y ejecutó Programas Integrales de Salud que continuarían aplicándose por muchas décadas.

En esos tiempos fué que tomó dimensión de lo que representaba la Enfermedad de Chagas para la provincia, en donde existía un 25% de la población infectada, lo cual se veía agravado por las condiciones sociales y culturales que elevaban los indicadores de la enfermedad en forma alarmante. Alrededor del año 1957, comenzaron a realizarse estudios epidemiológicos sobre el Chagas, campañas de fumigación de viviendas y un fuerte apoyo a la capacitación técnica del personal.

El despegue del Programa de Lucha contra el Chagas llegaría en 1961, a través de la creación del Servicio Nacional de Chagas en Catamarca, en el cual se concentrarían todos los aspectos relacionados a la prevención, diagnóstico, tratamiento e investigación de la enfermedad, completando las tareas con acciones de fumigación de viviendas para combatir al vector transmisor del parásito. Toda esta metodología estuvo apoyada por un fuerte componente  educacional planificado y ejecutado por el Dr. Carlos Bravo en la población catamarqueña.

El edificio del Servicio Nacional de Chagas está ubicado en la intersección de las calles Maipú y Esquiú, de nuestra ciudad, y todavía se puede percibir en cada uno de los empleados la fuerte influencia ejercida por el Dr. Bravo, en lo que respecta a valores humanos, respeto por la comunidad y dedicación al trabajo.

El Dr.Carlos Bravo se desempeñó como Jefe de Servicio Nacional de Chagas, desde su creación en 1961 hasta el año 1984, desarrollando a lo largo de esos 23 años, una labor ejemplar en la lucha contra el Chagas. Para esta lucha no escatimó esfuerzo, dedicación y sacrificio por el deber, demostrando además una verdadera vocación de servicio.

Hombre visionario, excelente educador y formador de profesionales y técnicos, desplegó una intensa acción pedagógica en la comunidad buscando que ésta modificase sus hábitos para elevar su calidad de vida y su nivel de salud. Desplegó esta actividad en cada rincón de la provincia, en escuelas, iglesias, puestos y parajes, casa por casa. Resignó  la comodidad de su despacho para unirse a las travesías que emprendían los técnicos realizando las acciones de control y fumigación de viviendas en sitios muy alejados, algunos solo accesibles a lomo de mula.

Transitó así, miles de kilómetros a través de caminos polvorientos, durante veranos calurosos e inviernos crudos. Toda la geografía de la provincia fué recorrida por aquellas fuertes Estancieras y años después por los nobles Rastrojeros que transportaban a las Brigadas o “Los Chincheros” tal como los denominaba la gente. Hombres sacrificados y experimentados, quienes guiados por el ímpetu y el liderazgo del Dr. Bravo, realizaban las acciones de evaluación de las viviendas para luego rociarlas con la finalidad de eliminar las vinchucas que colonizaban las casas y que tanto daño provocaban en sus moradores y  la comunidad toda.

Muchos de aquellos hombres que acompañaron al Dr. Bravo en ese enorme trabajo que realizaban y aún hoy realizan día a día, recuerdan con nostalgia,el celo profesional con el  que se trabajaba, transmitido por la pasión y el profesionalismo del Dr. Bravo, y que todavía conservan y aplican diariamente en su labor.

El accionar diario de terreno demandaba por entonces una tarea coordinada entre las educadoras sanitarias, las cuales habían sido incorporadas en la época que el Dr. Bravo se desempeñaba como Subsecretario de Asistencia Social y Salud Pública mediante un convenio realizado con el Ministerio de Educación, y a través del cual, cada escuela de la provincia contaba con una Educadora Sanitaria capacitada en temáticas de salud, y que se encargaba de promover entre la comunidad escolar los aspectos principales para la prevención de numerosas enfermedades, considerando la escuela como institución formadora de conocimientos y ciudadanía.

Podemos asegurar que el gran trabajo desarrollado en materia de educación para la salud aplicada en el seno mismo de la comunidad sobre todo en lo referente a Chagas, sentó las bases para lo que hoy es el Componente IEC, ya que por aquellos años el pilar fundamental de la Lucha contra el Chagas que llevó adelante el Dr. Bravo, se apoyaba principalmente en la educación sanitaria de la población aplicando las herramientas disponibles en la época, las cuales resultaban y aún resultan muy eficaces, tales como láminas, macromodelos, maquetas y vinchucarios. Aprovechó al máximo el único medio de comunicación radial masiva para difundir información sobre el Chagas, la cual llegaba a todos los hogares de la provincia a través de las trasmisiones diarias de la recordada LW7 Radio Catamarca y del Diario La Unión.

La Academia Nacional de Medicina lo designa como Miembro Académico Correspondiente Nacional en Catamarca en el año 1976. Resulta oportuno recordar una frase del Dr. Bravo que refleja el compromiso y enorme sentido ético profesional que guiaba su labor diaria: “Esta endemia extensa y profunda que tanto daña a la juventud de América Latina, se ha constituido por ello mismo en el baldón de la cultura, de la educación, del progreso científico, técnico y sociológico de esta parte del continente. Es uno de los índices más inapelables de la desorganización de un país, la acusación más vibrante del desencuentro de los hombres, la confirmación tangible de la acción destructora de la ignorancia y el aislamiento”

En el año 1987 el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Catamarca, le otorga el titulo “Profesor Honorario de esa Casa de Altos Estudios”. En 1992 el Directorio de la  “Interamerican Medical and Health Association” (Asociación Interamericana de Medicina y Salud), en su mayoría “Premios Nobel”, de todo el mundo, decidió incorporarlo como “Active Member”.

El Dr. Carlos Bravo fallece el 10 de septiembre de 1998 dejando un enorme legado para las generaciones futuras, marcando además una impronta en muchas personas que hoy continúan trabajando en la lucha contra el Chagas motivados por el espíritu altruista del Dr. Bravo.

En el año 2009 en el marco de las II Jornadas Internacionales Sobre La Enfermedad de Chagas en Santiago del Estero, se manifestó la urgente necesidad de proponer recomendaciones tendientes a consolidar la instalación de estrategias educativas, informativas y comunicacionales continuas en los niveles básicos de la educación, en la formación docente y en la formación universitaria en salud, como herramienta fundamental para el control y prevención de Chagas en Argentina.

En el año 2010 se dejó establecida  la necesidad de que el Componente IEC (Información, Educación y Comunicación), sea formalmente incluido, como eje estratégico, esencial y complementario al resto de las acciones ya que  aún no se ha logrado la instalación definitiva del tema en la escuela y los docentes no están convenientemente capacitados, observándose además un bajo nivel de información en la población en general.

De este modo, con objetivos claros y consensuados se forma en Catamarca el Equipo Interinstitucional IEC Chagas Catamarca, inspirados por el legado pedagógico ejemplar del Dr. Carlos Bravo en materia de educación sanitaria. Con una gran voluntad de trabajo este equipo trabaja desde julio de 2011, habiendo realizado numerosas intervenciones en la comunidad destinadas a difundir información adecuada a los distintos sectores de la comunidad sobre la problemática del Chagas, sus principales características y formas de prevención y control.


















Fotos: Gentileza Ing. Claudia Bravo

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